Poema publicado en La apuesta del sol (2019)
cuando las horas lluevan ya no tendremos que correr buscando un taxi será como cuando te conté te acordás en que el viento llegaba frutado del campo fumar barquillos de menta ¡no puedo imaginar que lo hagan de otra forma! ¿cómo podría hacerse...? sólo en esta ciudad el empedrado suena a clarinetes pero cuando las horas secas golpeen el otoño de la puerta en remolinos olvidarás el camino al bar y ahí de ti con ojos más ávidos que un íbero pincel volverás a casa con el disco viejo de la balada que anoche te bautizó entre vecinos que bailaban espirales ¿y cuando las horas vuelvan? te acordás que antes dormías ¡nunca más el contratiempo! ¡en colchones lejanos, en estrofas de silencio! sacala a bailar, poeta, que la sangre no sale sola y si te la guardás te quema ¡cancán! ¡frufrú! ¡lalá! qué tangazo cuando las horas vuelvan / sólo allí te tragarás tu sueño a fondo blanco en una sala desnuda abriéndote la boca en la aorta del tiempo donde hay un museo llamado nunca con un cuadro llamado la muerte desaparecido siglos ha de una sala aún no inaugurada cuando las horas canten la edad de los versos de oro la verdad de oro de los versos sabrás que encontraste en la última puerta del perderse donde dar un paso más sólo significa adelante y abismo ¡y qué buen momento para darte cuenta!